Ha vuelto a arrojarse al vacío, desde el cielo
Traicionando a todos tus Dioses, cercenando miradas gastadas
Ha vuelto a caer despedazando mi cerebro, la razón que nunca tuve, al fin las dudas se hicieron un hueco en la herida de la Tierra.
Clavando otra cruz en mis entrañas
Observo el sol salir detrás de tu aliento venenoso, los mares de la agonía
Dónde hemos pasado los siglos, aullando, rezando, esperando (sólo… algo)
La desgarradora espera por un mundo inerte, por nuestro sueño eterno
Las lágrimas que han vencido por momentos la mirada de los incorpóreos
Otra niebla más en mi cerebro
-Otro Amanecer En Mi Sucio Lecho-
¿Dónde se han ido las pasiones por todo lo que era nuestro?
Escondidas, en los oscuros baúles de las maravillas (corazones sangrantes esperando lo inevitable)
El llanto antes de la desesperación, el suicidio de todo lo que sostiene el mundo
Cayendo otra vez en abismos de ratas infames, congelando mis pulmones con humo negro
Al tiempo que el mar sangra a través de mis ojos
Observamos sentados –hermanos de sangre-
Las puertas abiertas… Las luces que guían el paso en los océanos
Desgarro interior al ser arrancado, arrojado de nuevo a los cuervos, esperando la señal de tu hemisferio derecho, sólo para sangrar un poco más contigo en el infierno.
La décima palpitación en mi cuerpo es inmortal, sobrepasa con hierro forjado todas las demás tumbas de escarchados sentimientos.
Las palabras no matan, duelen. El azul vivo de las miradas en los astros de mi invierno
Un último suspiro antes de ser derrotado de nuevo, no seré yo el que resucite en los cielos de Dios, llevas perdido demasiado tiempo…
Las cadenas que sostienen tus brazos se tensan, mutilando las arterias
Despedazando tus alucinaciones nocturnas, los llantos en las praderas
-La flor escondida en la Bahía de Nuestros Sueños-
Ese lugar que tanto amo, el mismo que respira estando muerto, el que daba vida a todo lo que nunca tuvimos… Sigue ahí, y no se moverá aunque el Cielo se rompa en mil pedazos, dejándonos a un lado… apartando la eternidad a oscuros tormentos, yo seré el que seguirá esperando.
Las guerras ya no se juegan a capa y espada
Es mi corazón contra mi tiempo. Mi sentencia antes de juicio.
La lucha interna en recipientes vacíos, botando sangre por las venas abiertas de la santa codicia.
Ahora es cuando me ves mientras caigo
Sin saber. Mi querido, mi amado, que mis pies ya están llenos de barro
Los excrementos de los que antes fueron me acogen en el sufrimiento, para seguir muriendo en llamas que no vemos –demasiado ciegos durante demasiado tiempo-
Nunca fui un gran aprendiz en el juego de las pantomimas,
No se me da bien fingir tus sonrisas, mientras te descompones por dentro y por Dios, lo estoy viendo a mi lado, tumbado sin mantas, arropado en cristales afilados, suplicando tus sueños por un beso, que lo inicie todo de nuevo.
Mi décimo pálpito nunca muere
La desgracia le resbala, la lujuria es su pasatiempo, pero ese corazón de hielo no se rompe con el paso del tiempo- No se marchita con los siglos de Dios en los minutos del hombre, no niega la esperanza ni el dolor de seguir adelante (Mi corazón errante)
Sólo late por ti, sólo vive por tus descargas de sentimientos
El contrato está sellado con la sangre mutua de nuestros labios
Y ahora, mientras caigo, seguiremos suplicando esos sueños, seguiremos acariciando la dulce tristeza de los tiempos, hasta que estés a mi lado y tu eterno latido complete esas 3 palabras que forman lo tanto hemos anhelado.
-EquiLiBriuM-
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